domingo, 10 de noviembre de 2013

CITAS DE LUCKMANN Y BERGER

La introducción que Berger & Luckmann presentan en “La construcción social de la realidad” (1968), comienza haciendo referencia a que su tesis fundamentales están contenidas en el título y sub título de su libro. Ellos son, a su parecer:


“Nuestras tesis fundamentales están implícitas en el título y sub título de este libro; ellas son: que la realidad se construye socialmente y que la sociología del conocimiento debe analizar los procesos por los cuales esto se produce.”
“Los términos claves de dicha tesis son “realidad” y “conocimiento”, que No solo se usan corrientemente en el lenguaje cotidiano, sino que llevan tras de sí un largo historial de indagaciones filosóficas. No es preciso que entremos aquí en una discusión sobre las complejidades semánticas en cuanto al uso ya sea cotidiano o filosófico de estos términos”. Pág. 11.


“Pero ahora es el caso de preguntar si realmente hay conocimiento en la percepción. Un examen de la cuestión nos muestra que en la percepción sólo tenemos una representación de un objeto, pero nada sabemos acerca de él. Para obtener un verdadero conocimiento debemos formular un juicio. El conocimiento solo se da en un juicio.” Pág. 120.

“Para nuestro propósito, bastará con definir la “realidad” como una cualidad propia de los fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia volición (no podemos “hacerlos desaparecer”) y definir el “conocimiento” como la certidumbre de que los fenómenos son reales y de que poseen características específicas.” Pág 11.

Estas ideas se caracterizan porque mediante ellas los hombres se harían la ilusión de conocer una determinada realidad social. Pero se trataría de una ilusión. Estas ideas no podrían confundirse con el conocimiento de esa realidad”.pág20.

“Por consiguiente, importa desde el principio aclarar el sentido que damos a esos términos en el contexto de la sociología y rechazar inmediatamente cualquier pretensión de que esta ciencia dé respuestas a esas antiguas preocupaciones filosóficas.”Pág. 12


Participación de Carles (@girotix) en la Cadena de Memes

Carles (@girotix) se ha animado a participar en la Cadena de Memes y me ha mandado su lista para que la publique. Ahí va:


Bueno, antes que nada debo comentar lo que seguramente ya se habrá comentado antes: es difícil mencionar un solo libro en cada categoría, por razones obvias. Por lo tanto, en la mayoría de apartados mencionaré varios, y que conste que dejaré muchos más en el tintero. Solo puedo decir que en este momento estas son las respuestas que se me pasan por la cabeza.


         Un libro que cambió mi vida:

         El primer libro que me viene en mente es Los desposeídos de Ursula K. Le Guin. En su momento me impresionó mucho el planteamiento especulativo de una sociedad en la que se ha conseguido establecer una precaria anarquía. De la misma manera, el periplo del protagonista Shevek -creo que en algún momento me sentí identificado con él-, y también la maestría con que está narrado: alternando dos tramas y tiempos, en capítulos con el nombre de dos planetas que giran entre ellos (pero a la vez se ignoran), Anarres y Urras. No puedo decir que me cambió la vida pero sí que es una novela de las que más me ha influenciado.

         En realidad no creo que pueda afirmar que un libro en concreto me ha cambiado la vida. Lo que es evidente es que la lectura de los grandes clásicos de ciencia ficción durante mi juventud me ha dejado un importante poso, en cuanto a mi propia cosmovisión y demás... Otro grupo de libros que me ha apasionado leer y que me han influenciado bastante no pertenecen al género fantástico. Se trata de las lecturas de cuando estudiaba ciencias sociales, los cuales me han ayudado a ver -y entender- la realidad que me rodea. Por citar uno: La construcción social de la realidad de Peter L. Berger y Thomas Luckmann.

        
         Un libro que tuve que leer más de una vez:

         Neuromante, de William Gibson. La primera vez me quedé empantanado en la complicada prosa de este autor y lo dejé estar. Unos años después (creo que a finales de los ochenta) lo rescaté de la estantería y me cautivó. Recuerdo que leí de un tirón ésta y las dos continuaciones: Conde Cero y Monalisa acelerada. Recientemente he vuelto a leerlo (no es la primera relectura, pero hacía bastantes años de la última) y me continua fascinando, si bien intuyo que no soy del todo objetivo por que el tiempo inevitablemente le ha pasado factura.

         Otra cosa son las relecturas que tengo pendientes. Por ejemplo, para reengancharme como Dios manda a la saga Canción de hielo y fuego de George RR Martin tendría que releer los tres primeros volúmenes otra vez. Bueno, creo que tendré que conformarme con los resúmenes que circulan por ahí.

         En resumen, creo que todo buen libro merece una relectura como mínimo, pero por falta de tiempo, o por impaciencia, yo soy de los acabamos consumiendo uno nuevo antes que volver la vista atrás a lo que ya hemos descubierto una vez.


         Un libro que me llevaría a una isla desierta.

         Mmm... parafraseando al maestro Yoda: Difícil decisión es... El Señor de los Anillos seria una buena elección, por supuesto. Se supone que uno debe llevarse un buen tocho a una isla desierta y el libro de JRR Tolkien cumple con creces: por extensión, por toda la complejidad de la trama, por toda la mitología incorporada... Pero no sé... Otra opción ¿Por qué no? La saga Canción de hielo y fuego sería otra buena elección, pero sería preferible que estuviese acabada, claro. Para cuando me jubile espero que lo esté, a ver si entonces puedo comprarme una isla...

         Como alternativas: algún compendio exhaustivo de filosofía... O bien bolígrafo y papel (mejor todavía un portátil y una placa solar) y empezar a escribir uno mismo...


         Un libro que me hizo reír:

         Wilt, de Tom Sharpe. Todavía recuerdo que viajaba en tren y me estaba partiendo de risa, y la gente me miraba como si hubiese fumado algo. Dentro del género fantástico: Marciano vete a casa de Fredric Brown resultó una lectura muy divertida en su momento.

        
         Un libro que me hizo llorar:       

         Llorar, lo que se dice llorar, pues no. Tardé años en leer Flores para Algernon, de Daniel Keyes. No me sentía preparado para esta lectura hasta... hasta que sí que lo estuve. La demora fue por qué me parecía un tema muy deprimente, aunque entonces no lo asocié con la enfermedad de Alzheimer y por tanto ahora debe serlo más todavía puesto que todos conocemos algún caso de esta enfermedad. Por descontado me está pasando con otros libros: por ejemplo tengo pendiente La Carretera de Cormac McCarthy.

        
         Un libro que me hubiera gustado haber escrito:

         ¡Todos! Es decir, todos los que he disfrutado, amado o que me han impresionado de algún modo. Concretando, siempre pienso que me encantaría escribir como Peter F. Hamilton:  esta capacidad de cautivarte a través de las diversas tramas y subtramas, los adorables personajes, los conocimientos científicos y la capacidad de sentido de la maravilla de este autor... Puedo imaginarme como escritor, pero creo que siempre me vería a años luz de su talento.
 Un libro que aborrezco:
  Esta es fácil: Campo de batalla: la Tierra de L. Ronald Hubbard. Cuando lo leí todavía no tendría los veinte años y en seguida me convencí que era lo peor que había leído en ciencia-ficción y fuera de ella. Ha llovido mucho desde entonces pero el libro continua manteniendo su status. Para ser justos ahora con el paso de los años tendría que hacer una revisión y valorarlo de nuevo, pero tengo muchísimas lecturas interesantes por delante y no pienso hacerlo.
Un libro que me decepcionó
  Me habían hablado tan bien de La Luna es una cruel amante de Robert A. Heinlein que cuando cayó en mis manos fue una decepción considerable. Debo decir que no es el único libro de este autor que me ha decepcionado: es peor El número de la bestia.
Un libro que estoy leyendo ahora:
Existence, de David Brin. De momento puedo decir que me está gustando. Me encanta recuperar un autor a quien había aborrecido un poco por la “paja” que acostumbraba a poner en sus obras, hasta el punto de aguar el sentido de la maravilla que tienen sus novelas.
Un libro que quiero leer:
 Uf! Un montón. Brasyl de Ian Mc Donald, o bien The Dervish House del mismo autor. Por citar otro: tengo pendiente In the Mouth of the Whale de Paul Mc Auley, un autor por el que siento debilidad. Muchísimos más... Lo que sé seguro es que de momento no quiero leer Ulysses...


teorema

¿Qué es el teorema de Thomas en sociología?

Escrito por colby phillips | Traducido por maximiliano magnano

El teorema de Thomas ha sido utilizado para explicar el comportamiento económico.
Jupiterimages/Photos.com/Getty Images
En 1928, el sociólogo W.I. Thomas formuló una sentencia que luego se conocería como el teorema de Thomas: "si los hombres definen las situaciones como reales, entonces son reales en sus consecuencias". Thomas también contribuyó con la frase "definición de la situación", que implica que cualquier cosa que cuente como real en una situación dada es el resultado de un consenso alcanzado por las partes. Estas afirmaciones en conjunto fueron absorbidas por una teoría general conocida entre las ciencias sociales como la construcción social de la realidad.

Interpretaciones

La formulación del teorema de Thomas es ambigua. Puede significar que "las consecuencias de una situación se siguen de como es percibida y no del modo en que realmente es" o que "el poder de definir una situación incluye el poder sobre sus consecuencias". Puede también significar simplemente que "las creencias tienen consecuencias, sin importar su verdad". El hecho de que Thomas se haya referido a profecías autocumplidas, o que haya expresado su escepticismo sobre la existencia de un mundo objetivo, depende de cómo sea interpretada la aserción.

Ejemplos

Muchos de los ejemplos ofrecidos como apoyo para el teorema de Thomas proceden de la economía. Las burbujas especulativas, las corridas bancarias y otras clases de conductas económicas auto fortalecidas (retroalimentadas) pueden verse como ejemplos de la percepción que crea su propia realidad.

Influencia

El teorema de Thomas influyó a una generación de sociólogos, como Peter Berger, Robert Merton, y Thomas Luckman. En su obra "La construcción social de la realidad", Berger aplica las ideas de Thomas a las instituciones sociales y políticas, a los rituales religiosos y al lenguaje. Merton expandió el teorema de Thomas en su obra sobre las consecuencias no intencionales y las profecías autocumplidas.

Crítica

Una crítica al teorema de Thomas ha sido ofrecida por Frank van Dun. Si el teorema significa que "las consecuencias de una situación que se tiene por verdadera son iguales a las de una situación realmente verdadera", es falso, porque uno no puede crear o negar una realidad deseándola o denegándola. Si significa que "las consecuencias de una situación son reales sin importar cuán bien está definida", entonces es trivial porque eso reduce el aforismo a "sé real".

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